Inauguro esta nueva sección.
Lo que se me vaya ocurriendo sobre este formato, lo iré exponiendo por aquí y quién sabe... puede que despierte en alguien el deseo de saber más sobre el súper 8 que...aún se sigue usando hoy en día...
El super 8 llegó a mi vida en dos fases, por decirlo así.
La primera de ellas fue cuando de niño, mi abuelo compró un proyector y una cámara o tomavistas y se dedicaron a rodar los que fueron mis primeros pasos por este mundo, la segunda, cuando décadas después, aquellos viejos rollos de película cayeron en mis manos de nuevo y, tras visionarlos y pasarlos, por supuesto a digital, comenzó a interesarme el formato.
Descubrí que se continuaba fabricando película, que había mucho materia filmico a la venta, cámaras y proyectores para aburrir.
Compré una pequeña Canon 310XL y un proyector Elmo ST600.
El proyector estaba en estado impecable, la cámara decía el que me la vendió que no la había probado, así que el precio de 15 euros no me pareció un riesgo muy alto como para no probar a ver si funcionaba.
Cuando la cámara llegó a casa, le puse pilas y el motor no giró... Le pasé un poco de lija por los conectores de las pilas y, al ponerle las mismas de nuevo, comenzó a funcionar y así continúa hasta hoy.
Posteriormente adquirí a precios de saldo un par de Canon 514 xl canosound, una Chinon 100 s XL/direct sound y una Canon 518 SV Autozzom.
Las 514 tenían las dos el mismo problema: una rueda dentada completamente destruida por el paso de los años... Una auténtica pena, pues la cámara es preciosa y estéticamente una maravilla.
La Chinon funciona de lujo ya que es bastante simple, pues es a foco fijo y poco más, la 518 aún no la he probado.
Si conseguir un equipo de super 8 no es muy complicado ni costoso en exceso, lo realmente caro es sin duda la película, que aunque se consigue por internet, los precios son astronómicos y los revelados tres cuartas de lo mismo, ademas, hay que enviar los carretes por correo a que te lo revelen alguna de las empresas que a ello se dedican, lo cual dificulta mucho poder tirar unos cuantos metros de película.
Pero a pesar de sus inconvenientes, el super 8 tiene algo que a día de hoy no me lo da ningún otro formato, hablo a título totalmente particula, por supuesto,y es la sensación de que eso es cine de verdad (la película es la misma que se utilizaba y aun hoy algunos directores de renombre usan, en las películas de los cines, solo que cortada una y otra vez hasta alcanzar el paso del formato que nos atañe, con lo cual esa película es el mismo material en el que siempre se han plasmado nuestras películas favoritas).
Los carretes duran tres minutos y poco y al principio, pensé que eso era un inconveniente insalvable, acostumbrado como estoy a grabar en una tarjeta digital vídeos y vídeos y vídeos todo lo largos que quiera, pero nada más lejos de la realidad.
He tirado unos cuantos carretes por diversión e incluso en eventos familiares (fue la sensación de los más mayores y la curiosidad de los más jóvenes) y puedo asegurar que el hecho de saber que tienes tres minutos mal contados, y que cada vez que pulsas el gatillo los euros se escapan a velocidad ultrasónica, hace que el ingenio se agudice y logres plasmar todo lo que quieres en un carrete e incluso te sobre metraje.
Lo bueno viene cuando recibes el revelado y lo proyectas... parecen imágenes de otro siglo y resulta que las rodaste hace dos meses...
Por el momento, dado como digo las dificultades que supone filmar un carrete, tanto por precios como por engorro de enviar la película por ahí a que te la revelen (nuevo gasto) y el tiempo que se tarda en tener todo el material dismpuesto en tu casa, listo para proyectar, no he tirado más que carretes en color y como he dicho antes, alguno de prueba y eventos familiares.
Ahora mismo me encuentro tirando un par de carretes en blanco y negro por primera vez y el proceso es el que ya he aprendido de manera totalmente autodidacta: elegir bien la escena, cuidar el plano todo lo que pueda y filmar confiando en que todo lleve el orden requerido, ya que no dispongo de una moviola para hacer los montajes que serían necesarios si filmase escenas según se me van ocurriendo... De nuevo toca pensarse mucho cada vez que aprieto el gatillo de la cámara... ¡¡¡Pero cómo lo estoy disfrutando!!!
